El café de filtro (o a la americana) es un placer lento, a menudo asociado a la idea de una pausa tranquila y prolongada, el compañero ideal de una jornada laboral, con la taza apoyada en el escritorio, para disfrutar en el desayuno, durante el almuerzo o para llevar fuera de casa como agradable compañía en el frenesí de la vida cotidiana.