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Tommaso Provenzano nació en Bagheria en 1969, donde continúa viviendo y trabajando. Después de convertirse en un instructor de arte certificado y obtener un diploma en Artes Aplicadas en Monreale, se especializó en pintura figurativa, mosaicos y restauración. Su gran pasión por el color, por el teatro de marionetas sicilianas y por la pintura de carros lo llevó a dedicarse hace unos 30 años al arte decorativo de este medio de transporte tradicional. En las pinturas de Tommaso Provenzano, las escenas de batalla de los paladines y los concursos de justas medievales se retratan de una manera totalmente personal, que se distingue por sus colores llamativos que evocan los paisajes bañados por el sol de Sicilia: azul ultramar, bermellón y amarillo ocre.
Las ilustraciones de este frigorífico están inspiradas en la tradición siciliana de la pintura de carros. Las superficies alternan escenas caballerescas y coloridos patrones geométricos. En el panel frontal encontramos el duelo entre Rodomonte y Mandricardo, la trinacria, símbolo de Sicilia, y Orlando sentado en un caballo blanco. Pintado en el lado derecho está Astolfo secuestrando a la princesa Fiordispina; a la izquierda hay una batalla entre paladines y sarracenos. La parte superior presenta a un caballero armado a horcajadas sobre su corcel.
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