Colección privada
Caminando por las calles centrales de Catania, es casi imposible no dejarse llevar por un fascinante taller artesanal. Bienvenido al pequeño y encantador reino de Adriana y Tiziana, madre e hija, unidas por una increíble pasión por la tierra en la que nacieron y crecieron. Nacieron respectivamente en 1977 y 1950, ambas Sicilianas, trabajando juntas en una simbiosis volcánica, formando una pareja explosiva. Gracias al duro trabajo y a su devoción por su oficio siguen mantienendo su sentido de humildad. Unidas por un sentido sano y entretenido de la ironía, su secreto es su amor por Sicilia, por la cultura, la tradición y, naturalmente, por el arte de los Pupi. La cultura milenaria de los carros, una parte importante de la "arquitectura" siciliana, es una fuente de inspiración infinita para ellas. Adriana hizo su primer Pupo siciliano en miniatura hace más de treinta años. Fue su pasión por el arte lo que la llevó a exhibir sus obras en todo el mundo. Con el arte conectado a ella, Tiziana se inspiró en su madre y decidió crear algo nuevo, un objeto artesanal único, transposiciones artísticas de Sicilia. Estudian la historia del arte siciliano día tras día e inventan nuevas formas de contar su historia.
Este frigorífico reproduce las cartas de juego Sicilianas, que agrupan influencias de las distintas culturas que han habitado la isla. La muerte de Frederico II de Swabia marcó el inicio del período Angevino y la ''baraja francesa'', solamente usada por la aristocracia en aquel entonces, fascinaron a los Sicilianos. En esta baraja el rey porta el traje típico de las miniaturas Carolingias, mientras el caballero que se ilustra es Orlando encima de un burro, la montura de los humildes y los justos. Con la invasión Española se introdujo una nueva ola de influencia que cambio el imaginario y las figuras del tradicional paladín Francés. La parte superior del frigorífico está ocupada por el símbolo de la Trinacria en negro, que acentúa los colores brillantes de las cartas que hay debajo. En los laterales aparecen dos personajes de la baraja del tarot: el Loco, que simboliza el fin de una fase de vida y el comienzo de una nueva, y la Emperatriz, el símbolo de una vida completa. Pintado en la parte superior también hay distintas cartas Sicilianas: el tres de oros, el diez de copas, el siete de oros, el tres de espadas, el seis de copas i el diez de tréboles.
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