El café preparado con destreza nunca es el resultado de la improvisación. Puede parecer un proceso rápido y sencillo, realizado con solo pulsar un botón, pero detrás de la tecnología de las cafeteras y de la composición de nuestras mezclas favoritas hay el trabajo de muchos profesionales y la investigación realizada por expertos. Además, también hay detalles importantes que podemos cuidar en casa y muchos descubrimientos que podemos hacer para conocer mejor nuestros gustos.
Cuando el tostador crea una mezcla, se selecciona la especie de café (Arábica, Robusta o una combinación de ambas), junto con su origen (Brasil, India, Costa Rica...) así como el tipo de procesamiento de los granos: natural, lavado o semi-lavado. Se determina la cantidad de variedades necesarias para componer la mezcla, el porcentaje de cada una y, finalmente, el grado de tueste ideal para esa mezcla específica.
Nos corresponde a nosotros elegir las mezclas de café que preferimos, básicamente en función de nuestros gustos y del tipo de extracción que utilizaremos para preparar el café: ya sea con una cafetera espresso, de filtro o una moka.
Sin embargo, más allá del gusto personal, se recomienda comprar café que tenga la mayor trazabilidad posible: de este modo, sabremos exactamente qué variedades componen la mezcla, de dónde proceden y cómo ha sido procesado el café. En algunos casos, también podemos contar con información sobre la sostenibilidad del producto en relación con el medio ambiente y las condiciones laborales de quienes participan en las distintas fases de recolección y producción.
Los cafés de especialidad tienen, por definición, los niveles más altos de trazabilidad, precisamente porque se cultivan en microclimas únicos, y se procesan y tuestan de forma que se potencien sus características.
Además de la composición de la mezcla, es igualmente importante elegir el grado de tueste, que puede cambiar significativamente su sabor: la misma mezcla, según el tueste, puede resultar ácida, suave o amarga. En general, un tueste más oscuro produce un café más amargo.
Un consejo útil al comprar café es revisar la fecha de tueste: lo ideal es consumirlo en el plazo de un mes desde su tueste, comprando los granos enteros y moliéndolos en casa justo antes de usarlos. Si queremos preparar café de filtro, el tamaño de molienda ideal es medio; para cafeteras moka y espresso, la molienda debe ser fina, ya que facilita la extracción de la esencia del café.
El café debe almacenarse en un recipiente hermético, alejado de la luz y en un lugar seco.
Para degustarlo en su mejor momento, debemos elegir la taza más adecuada según la bebida que hayamos preparado: es importante que la taza esté caliente y seca.